Deconstrucción del género.
Desde la mirada filosófica y política sobre género como punto de partida, considero profundamente necesario deconstruir la identidad toda.
Cuando hablamos de “Identidad sexual” nos referimos al sexo biológico, es decir; nuestros órganos sexuales nos definen cómo hombres o mujeres desde el momento en que nacemos, ahora bien; paralelamente hablamos de “Identidad de género” dónde comienza allí la contradicción polémica entre lo natural y lo no natural y cómo también la desnaturalización de preconceptos impuestos por el orden político en una construcción cultural conveniente a cada sociedad, nos atraviesa y llama a la reflexión, al debate, a los auto cuestionamientos de la posición de poder que poseemos limitadamente en las elecciones personales.
Factiblemente, ¿Tenemos el Poder de elegir nuestra identidad de género o nos están imponiendo prototipos a replicar que convienen al Poder político para mantener un orden establecido, ese Poder que no es inclusivo sino exclusivo para quienes cumplen con el status quo?

He aquí que nombrar la revolución del movimiento feminista me parece inicial y central como transmisor de nuevos paradigmas para un cambio de sociedad transformador, viene a arrasar de cuajo con los preconceptos naturalizados culturalmente. El feminismo abre una puerta incómoda: todo orden es político. Entonces; sí todo orden es político, lo personal es político. Entonces; la posibilidad de una reconstrucción política como campo de batalla colectivo es lo que molesta y es también, siento, una premisa puesta en manifiesto desde el amor compasivo que en la memoria histórica no se ha producido sino por la sensibilidad de la mujer pero no quitándole mérito con el discurso de; su parte masculina habrá sido predominante a la hora de obtener un lugar de poder y más aún accionando por causas y obteniendo efectos transformadores con una visión inclusiva. Y sí, resaltando con fluorescencia que lo realizó desde el Poder de la mujer misma. La puerta se abrió en la habitación de cada hogar y el monstruo debajo de la cama o lo monstruoso afloró evidenciando que el camino YA es pantanoso, engorroso, confuso, insoportable y sentenciador.
¿Cómo puede ser una cultura respetable y progre desde, por y para nuestra sociedad sí no se incluye a las personas que la habitan siendo parte de un mismo sistema YA sea desde deconstruir al género, al lenguaje y adquirir la diversidad como una libre interpretación artística que se escribe en cada cuerpo sin ser definida por lo externo, lo ajeno, o por la otredad?
Cito a Judith Butler para reflexionar sobre lo que expone:
“Lo que constituye la persistencia del cuerpo, sus contornos, sus movimientos, es lo material; pero la materialidad debe pensarse como un efecto del poder, su efecto más productivo”.
Iara Marseu- Prof. De Inglés
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