¿El feminismo debe ser vegano?
Marzo comenzaba con toda la fuerza femenina. Teníamos por primera vez en la historia del país un Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad, reclamo del Movimiento de Mujeres de hacía ya varios años, mínimo desde las marchas del 2015 por Ni Una Menos. El 8, Día Internacional de la Mujeres Trabajadoras se avecinaba, y muchas instituciones se preparaban con grandes celebraciones, reivindicaciones, homenajes y demás actividades. El centro Cultural Néstor Kirchner era uno de los focos más importantes, donde de la mano de diversas artistas, se daba lugar a Nosotras movemos el mundo.
Una de las artistas que participaban con su música era Liliana Felipe. Tuve el placer de escuchar y ver en vivo a esta gran artista, con un espectacular sentido del humor, sumada una clara y ferviente militancia feminista. En el transcurso del show, Liliana invita al escenario a varias mujeres profesionales de distintos ámbitos, políticos y de la cultura, pero sobre todo, y el verdadero motivo que las reunía era ser activistas por la defensa de la vida animal.

En ese momento la militancia vegana y antiespecista se apoderó del show, con discursos, presentaciones y una seguidilla de estrofas dedicadas. Música y militancia que podríamos llamar también: Educando para la conciencia antiespecista. Como decía una de las canciones: “La mejor manera de continuar con la violencia es comiendo un animal. / La mejor manera de contribuir con la injusticia es comiendo un animal. / La mejor manera de perpetuar el patriarcado es comiendo animal”. Tomé esta última frase, que se me quedó dando vueltas por la cabeza durante semanas, y claramente no podía ignorar. Me surgieron las preguntas obvias: ¿Cómo se conecta el feminismo con el veganismo? ¿El feminismo debe ser vegano?
Para responder estas preguntas acudí a Carol J. Adams. Nacida en EEUU en 1951, es escritora, feminista y defensora de los derechos animales. Entre sus obras más importantes destacan: La política sexual de la carne de 1990 y La pornografía de la carne del 2004, donde se centra en las relaciones existentes entre la opresión de mujeres y de animales no humanos.
Para Carol, la violencia es un instrumento más para generar opresión. Según ella, se vale de tres puntos importantes y consecuentes: la cosificación, la fragmentación y finalmente el consumo. Estas tres son aplicables tanto para las mujeres como para los animales. Un ejemplo de este, es el tratamiento de la carne en comparación con el de la mujer en la pornografía.
Sobre la “política sexual de la carne”, como llamó a uno de sus libros, desarrolla la idea que la manera de relacionarnos con lo que comemos, está condicionado por la política patriarcal. Es decir, está lleno de significados sobre lo que es la virilidad: “No es sólo un asunto de privilegio, es un tema de simbolismo. La masculinidad es construida en nuestra cultura, en parte, mediante el acceso al consumo de carne y el control de otros cuerpos.” (Entrevista a Carol J. Adams - 2002 - Nervy Girl: The Thinking Woman's Magazine - por Leah Bobal.)
Por su parte, la filósofa Angélica Velasco Sesma, en una entrevista para PlayGround en diciembre del 2017, sostenía: "Las feministas, en nuestra búsqueda de un mundo justo e igualitario, tendríamos que rechazar cualquier acto que implique dominación. Por supuesto que cualquier persona (incluso las no feministas) tendría que rechazar la dominación, pero yo se lo pido especialmente a las feministas porque tengo fe en nosotras y en nuestra capacidad de cambiar el mundo".
Aquí algunas principios de porqué el feminismo debería ser vegano, o mejor dicho antiespecista, según las agrupaciones y activistas que defienden esta postura:
1- Los cuerpos de los animales son cosificados también.
2- Los cuerpos de los animales son utilizados para normalizar la cultura de la violación.
3- La violencia doméstica perjudica a los animales.
4- La interseccionalidad debe incluir a todos los grupos oprimidos.
5- Nuestra sociedad también cuenta mentiras sobre los animales.
Este artículo es un intento y una invitación a ahondar en un tema que ya viene dando vueltas con tímidas repercusiones en el feminismo desde aquellas sufragistas de comienzo del siglo XX en la vieja Londres. En una cultura patriarcal, con “la argentinidad al palo”, pensar en un antiespecismo que atraviese todos los feminismos existentes (porque recordemos que hasta convivimos con los feminismos neoliberales y de derecha, que irían en contra de los conceptos básicos sobre el feminismo que aquí se consideran), parece muy lejano y no tanto. Encontrarse con estas manifestaciones en 9 de julio, ya no es tan raro. Ir a un recital y escuchar hablar sobre el veganismo, puede ocurrir. Entonces hagamos honor al feminismo, siempre inquieto, evolucionando, sin miedo a repreguntar y replantearse todo lo ya dado, deconstruir desde los cimientos esta sociedad, hablando de aquellos temas que incomodan: hoy hablamos del feminismo y veganismo.
Jorgelina López
Secretaria de Género y Diversidad en APPS
Muy interesante!
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