Gordofobia en cuarentena
Por Mailen Chamia - Lic. en Ciencia Política - UCA
¿Cuántas veces en esta cuarentena nos pusimos a pensar cuánto íbamos a engordar? ¿Cuantas veces se lo contaste a tus amigues? ¿Cuantos memes viste sobre los “antes y después” de la cuarentena, siempre con referencia al aspecto físico? ¿Hacías ejercicio antes de la cuarentena o solo ahora por el miedo a engordar empezaste? ¿Te cuidabas con la comida también?
Estas preguntas no tienen el objetivo de ofender ni juzgar a nadie, yo tambien lo he pensado y he dicho; sin embargo nos llevan a la reflexión ¿a que le tenemos tanto miedo? ¿a no cumplir los requisitos establecidos de belleza hegemónica de la sociedad? ¿o nos disfrazamos ante la premisa de que lo estamos haciendo porque nos queremos sentir bien? Porque, es verdad, mucha gente hace actividad física porque se siente bien; para otros como yo, es tortura. Encontramos aquí la dicotomía del pensamiento cuando nos planteamos estos cuestionamientos ya que pueden tener muchas respuestas o ninguna.
Al parecer, hemos visto desnudarse la gordofobia que todes llevamos dentro. Algunos que ya tienen un nivel de deconstrucción superior al de nosotros, que todavía nos cuesta sacarnos palabras y comportamientos, no lo piensan y es un logro enorme; sin embargo queda largo camino por recorrer en nuestra deconstrucción y es excelente empezar por reconocer nuestras falencias.
Vivimos en una sociedad occidental que lleva ochenta años con un modelo de belleza que, aunque fue cambiando a lo largo del tiempo, mantiene una constante: la delgadez. Vamos a hacer una prueba: cerremos los ojos y pensemos qué sería una persona con belleza ideal, o como en la actualidad se dice, una belleza hegemónica. Quédense con esa imagen hasta el final del artículo.
Sabemos, o tal vez no, que el prototipo de paradigma de belleza no siempre fue la delgadez; lo podemos ver en la antigua Grecia, en la Italia del renacimiento, en los años dorados de Hollywood, entre otros. Bien podemos afirmar, entonces, que la belleza no es algo objetivo a todas las sociedades sino un factor cultural cambiante.
Dicho esto me gustaría retomar un concepto que propició el filósofo Antonio Gramsci, la hegemonía cultural ¿Qué es esto? En pocas palabras, la podemos definir como la supremacía que tienen ciertas normas culturales vigentes en una sociedad que han sido impuestas por la clase dominante, las mismas se consideran naturales e inevitables. Entonces, cuando nos referimos a la belleza hegemónica asumimos que es un modelo de belleza a seguir impuesto por un grupo de la sociedad que lo internalizamos y se vuelve natural concebirlo de tal forma ¿será por eso que siempre deseamos ser delgados?
Cabe aclarar que este estigma de belleza ideal afecta tanto a hombres como a mujeres, sin embargo ha sido recalcado con mayor impronta sobre la mujer. Somos las mujeres las que aparecemos en la publicidad de las marcas de “belleza”, el maquillaje, las cremas antiage, celulitis y estrias, productos para el cabello y hasta las de cirugía plástica. Estamos permanentemente batalladas de estas publicidades que nos muestran lo que es la belleza hegemónica, o que nos incitan a ser así.
Ese deseo, o mejor dicho, esa fobia se intensifica en cuarentena cuando el sedentarismo inunda nuestras vidas, el aburrimiento nos hace comer más y el peor miedo que nos llena la cabeza es engordar. Tal como lo advierte el Inadi: "En épocas donde la prioridad es la promoción de discursos que convoquen a la solidaridad, responsabilidad y cuidados múltiples, la aparición de cuestionamientos, miedos y sugerencias sobre los cuerpos no hacen más que fortalecer la ridiculización y estigmatización de la diversidad corporal de las personas ".
Es necesario reflexionar sobre lo que nos reimos, hablamos de personas no de cosas. Como lo expuso Alberto Velasco (actor, director, coreógrafo y bailarín) en su Instagram: “Dejad de decir que vais a salir como una bola de la cuarentena porque a los que somos una bola durante todo el año nos hace pensar que nos tenéis un poco de fobia"
El miedo, la estigmatización y la gordofobia, lleva a que muches terminemos desarrollando trastornos alimenticios poniendo en riesgo nuestra vida. ¿Por qué? ¿Por entrar en los rangos de belleza? Para los que hemos pasado por este sufrimiento, es algo que no queremos repetir. No comer por días, los bajones de presión porque tu cuerpo ya no sabe de donde sacar nutrientes para mantenerte despierta, desmayarte, no poder realizar tus actividades porque no tenes energia, preocupar a la gente que te ama, son todas consecuencias de la gordofobia. .
Es hora de que aceptemos la diversidad de los cuerpos, flacos, gordos, escuálidos, musculosos, etc. Es tiempo de amarnos como somos y, de ser el caso, como queremos ser sin los estereotipos hegemónicos que nos atrapan en un modelo impuesto.
¿Recuerdan esa persona con belleza hegemónica que debían mantuvieran en sus mentes? Espero que esa personas sean ustedes como son.
¿A que le tenemos tanto miedo?
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