A 5 años del primer Ni una Menos.
Por Seceretaría de Género y Diversidad APPS
La violencia machista se ha perpetuado a lo largo del tiempo con presunta impunidad. El grito, el desprecio, el insulto, el “piropo”, la violencia física, psicológica y los femicidios parecían tener un camino de invisibilización en el que pocos se cuestionaban el orden patriarcal. Con el nacimiento del feminismo a fines del siglo XVIII se empezó a discutir varias cuestiones. Las sociedades se vieron empujadas a asumir cambios que surgían del reclamo de las mujeres por sus derechos. Sin embargo, algunos de estos tardaron en llegar: la impronta del Ni una Menos.
El 10 de mayo de 2015, hallaban el cuerpo asesinado de la adolescente Chiara Páez de 14 años en manos de su novio. Este hecho llevó a las mujeres de todo el país a unirse por una causa silenciada por figuras penales que denigraba a la mujer, el femicidio. El 3 de junio de 2015 las mujeres, reunidas frente al Congreso Nacional y frente a las legislaturas de varias provincias dijimos ¡basta! No era un ruego, ni un pedido, era la exclamación de una consigna imperativa, ni una muerta más.
Desde ese momento, se consolidaron las calles con más fuerza que nunca, como llano de las luchas por los derechos de las mujeres; ante las injusticias y la violencia nos movilizamos con una consigna clara: detener la violencia machista. Extendiéndose de forma sistemática por todo el país, los órganos gubernamentales, las cámaras legislativas, hasta en sectores privados iniciaron procesos internos con perspectiva de género.
Si bien, los movimientos por los derechos de las mujeres han existido de forma orgánica en la Argentina desde finales del Siglo XIX, luego de esta gran movilización que significó el Ni una Menos, tomó un espacio en la historia Argentina difícil de callar. A partir de esta marcha, se presentó el proyecto de ley, finalmente fue sancionado el 24 de noviembre de 2015, que disponía la creación del Cuerpo de Abogadas y Abogados para Víctimas de Violencia de Género (Ley N° 27.210).
El femicidio, el último escalón de la violencia de género
La violencia de género es “cualquier conducta (ya fuese una acción, un insulto, una actitud, un silencio o la falta de colaboración) que daña a la mujer por el solo hecho de serlo.” La misma puede afectar la vida, la libertad, la dignidad, la integridad física, psicológica o sexual, la situación económica o la seguridad de la mujer.
Puede manifestarse de muchas maneras, en algunos casos la violencia se recrudece hasta culminar en femicidio. Es por esto insistimos en que se deben prever instrumentos estatales que protejan a la mujer en los diferentes estadios de la violencia y aplicar políticas de prevención, de reeducación de la sociedad, toda. Por ejemplo: la ya tan nombrada: ESI.
En marzo de 2020 nos preguntamos con el equipo de la Secretaría de Género y Diversidad de APPS que tan conscientes somos las mujeres de CABA sobre las situaciones de desigualdad y/o violencia que sufrimos por el hecho de ser mujer. A la vez también nos planteamos conocer cuáles eran las problemáticas que más nos habían ocurrido a lo largo de la vida. Finalmente y en correspondencia con lo ya mencionado, nos interrogamos acerca del nivel de conocimiento de los instrumentos como la línea telefónica 144 y los Centros Integrales de la Mujer que, en teoría, deberían funcionar como atención de las urgencias de violencia de género y acompañamiento de las mujeres víctimas de violencia.
Al plantearnos estas dudas, nos lanzamos a la calle a desentrañarlas. De los resultados obtenidos pudimos identificar que:
Más de la mitad de las mujeres consideraban que no se encontraban en una situación de desigualdad por el hecho de ser mujer. Sin embargo, cuando se les planteó la posibilidad de que les hubiese pasado ciertas problemáticas de violencia, una de cada dos mujeres que había contestado que no percibía desigualdad, identificó que le había sucedido alguna de las problemáticas:
Acoso callejero
Brecha Salarial
Acoso laboral
Violencia física
Micromachismos
Violencia institucional
- Una de cada dos mujeres en CABA habían sufrido acoso callejero.
- Cuando observamos según el rango etario la percepción de desigualdad, observamos que de las mujeres que sí percibían desigualdad un 35,7% tenían entre 15 y 29 años.
- En cuanto a la Línea 144 se mostró un grado de conocimiento alto en el que el 70,2% de las encuestadas la conocían. De las mismas, solo el 25% había utilizado la línea y de ellas el 66% les había resultado útil la atención dada.
- Con los Centros Integrales de la Mujer, la proporción se revierte. Solo el 33,1% de las mujeres conocía que eran los CIM, frente a un 66,9% de desconocimiento.
En primer lugar, en cuanto a la percepción de violencia y las problemáticas planteadas, cabe resaltar que el hecho de afirmar haber sufrido alguna de las violencias planteadas pone a la mujer en un escalón por debajo del hombre en cuanto a los derechos. Es decir, que nos encontramos en situaciones o condiciones de desigualdad frente al género masculino.
Por otro lado, los instrumentos que se prevén para la atención de las víctimas de violencia de género, en el caso de los CIM tienen poco grado de conocimiento. Es necesario generar políticas publicitarias y educativas en las que todes tengan acceso a la información necesaria para atender situaciones de violencia.
Cuarentena y violencia de género
Las estadísticas de diversos observatorios, a partir del inicio del aislamiento social, preventivo y obligatorio indican que la violencia de género ha aumentado. Tan solo a principio de la cuarentena, se registra un aumento de llamados al 144, de entre un 50% y un 60%. A esta situación se le suma el cierre de los CIM durante el primer mes debido a que no se los consideró servicios esenciales. Además, del creciente número de casos que se registran de femicidios a lo largo y ancho del país.
En este sentido, Romina Quevedo, dirigente de APPS, acota:
“A punto de conmemorar un nuevo año de la lucha que llevamos a cabo y que hemos dado en llamar "Ni una menos", esta vez se suma una particularidad: el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio y en consecuencia, el hecho de que muchas mujeres que sufren y padecen situaciones de violencia, hoy se encuentran más expuestas al tener que convivir con su agresor.
Es momento de profundizar la toma de conciencia, de encender cada alerta y de involucrarnos más y mejor para así poder decir acá estamos! para denunciar, para acompañar a cada víctima y exigirle al Estado que brinde todas las herramientas necesarias que garanticen nuestros derechos, partiendo del más elemental: la vida. La violencia machista MATA y no para en cuarentena. Seamos el grito de las que ya no están.”
A su vez Mercedes Lezcano, militante de APPS, se pregunta “¿Solo nos quedamos en la preocupación de esta situación? o ¿El Estado va a tomar medidas efectivas en la prevencion y erradicacion de la violencia contra la mujer tal como lo prevé la Ley 26.485 y los Tratados internacionales?
Le pedimos al Estado que no nos ignoren, que no nos quiten el paragua de protección jurídica y que el COVID 19 no eclipse la realidad de lo que hoy vivimos las mujeres en Argentina.”
Hoy nos toca quedarnos en nuestros hogares, pero no por ello se detiene la lucha, porque sabemos que para muches, quedarse en casa aumenta su nivel de riesgo. Es necesario declarar la emergencia en violencia de género. Los femicidios, la violencia de género, tienen que ser tema de evidente urgencia, y ser parte de la agenda del gobierno, para estar en la mesa de toma de decisiones hoy y luego de la emergencia sanitaria. Deben implementarse medidas efectivas que acompañen y protejan a las mujeres que se encuentran en una situación de vulnerabilidad. Reconocer y generar un plan que incluya las diferentes realidades de las mujeres en todo el país, teniendo en cuenta que las mujeres somos las más pobres entre les pobres, que somos las trabajadoras más precarizadas, que ocupamos la mayor carga de trabajo informal, de cuidados de adultes mayores, niñes y enfermes, de tareas domésticas, todes trabajos paralizados por la situación actual de aislamiento, que sufrimos más violencia institucional, en el sistema de salud, donde el acceso a nuestros derechos de reproducción, salud sexual, de parto respetado entre otros, se ven vulnerados. Además, acompañar con la capacitación en materia de violencia de género en todos los niveles del Estado, son elles quienes deciden, quienes juzgan y quienes legislan.
No podemos dar un paso atrás. Construir una sociedad con igualdad, representa un desafío que deben asumir todas las autoridades de la Nación y las Provincias, y especialmente les ciudadanes de todo el país.
Por una sociedad con derechos de igualdad y sin femicidios, hoy volvemos a gritar ¡Ni una Menos!
Gracias por permitirme ser parte de este equipo.
ResponderEliminarExcelente nota👏👏👏👏 A seguir con esta lucha 💜
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