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La gestación, la medicina y la ecografía.


La gestación, la medicina y la ecografía 

Por Jorgelina López. 



Las costumbres y los conceptos en torno a la concepción, la gestación, y el parto constituyen un tema bastante silenciado, naturalizando las prácticas y los pensamientos patriarcales que predominan, desde la ciencia, lo cultural, y lo político. Y en especial durante la cuarentena, en donde se presentan problemas correspondientes a la coyuntura, y agudizando así las dificultades históricas: la violencia obstétrica. Sí ha sido para el interés de la investigación feminista cómo las mujeres nos vinculamos con la ciencia, y su vez, cómo ésta nos caracteriza, conceptualiza, y así nos ordena como personas gestantes.  


Los estudios de género en la historia y en las ciencias sociales aportan la historización y contextualización de varios conceptos: la patologización del embarazo, la pérdida de autoridad y control de nuestros cuerpos (sobre todo como personas gestante), el decidir, el saber y el no saber, y el cómo sabemos, porqué y para qué.  Los agentes desde la ciencia, la medicina y las estructuras sociales implicadas en la formulación de los discursos acerca de la gestación. Asimismo, surgen dimensiones de análisis que resultan particularmente útiles para los estudios comparativos desde lo histórico y el presente.


Aquí propongo las siguientes dimensiones de análisis del embarazo y la ecografía, como método de control, de imagen, de influencia, en relación con el género: la medicina, el sistema de salud, lo social, lo político y las aplico al punto de partida, que es el collage de imágenes: las ecografía mías, de mi amiga, mi madre embarazada por primera vez, y un gráfico muy antiguo de estudio del feto. 




  1. Imagen de ecografía de Tamara (mi mejor amiga) del día 8 de marzo del 2018, intervenida por mí por el programa Paint. 

  2. Mi primera ecografía. (transvaginal) Día lunes 16 de marzo del 2020 a las 12:30 hs. aproximadamente.

  3. Mi segunda ecografía (NT PLus). Día miércoles 29 de abril del 2020 a las 13 hs. aproximadamente. 

  4. Dibujo. Estudio del embrión humano, Leonardo da Vinci (1452-1519).

  5. Fotografía analógica de mi mamá Vicenta embarazada de 8 meses de mi hermana mayor Daiana. Ciudadela, año 1980. Se realizó una sola ecografía en todo el embarazo. 



El embarazo está considerado socialmente como una situación de riesgo, por lo que las mujeres deben someterse a diferentes técnicas, con la finalidad de su detección precoz. En la práctica de la ecografía se refuerza el poder médico aumentando la dependencia de las personas gestantes respecto a él, la desconfianza en sus propios procesos reproductivos. Además, encierran ideas e intereses sociales de los que se hace responsables a las mujeres.

Una aclaración: A lo largo del artículo voy a hablar de “personas gestantes”, entendiendo que género autopercibido no condiciona la posibilidad de gestar. Pero mucha otras veces vamos a hablar de mujeres con posibilidad de gestar, porque lo tomamos como género cultural, y cómo esta categoría también repercute en muchas cuestiones en relación al embarazo. 



La ecografía. Según la justificación médica en general el control ecográfico en una persona gestante tiene la finalidad, entre otras, del diagnóstico precoz de posibles alteraciones en la formación y desarrollo del feto. 

En la guía “Recomendaciones para la práctica del control preconcepcional, prenatal y puerperal del Ministerio de Salud de la Nación” (2013) se aconseja realizar la primera ecografía entre la semana 11 y 14, la segunda ecografía entre la semana 20 y 22, y la tercera en la semana 30. Aunque para diagnosticar la vitalidad fetal dependerá de la edad gestacional, pero puede realizar a partir de la 6ª semana, de manera transvaginal. 

Mirar dentro del útero ha abierto el campo a nuevos significados y su utilización va más allá del mero diagnóstico. Hoy es considerada la prueba de mayor prestigio y más esperada por las personas embarazadas. Pasar de un test positivo de embarazo, o un examen de sangre que confirme un embarazo, a la experiencia de a las 6 semanas, pueda observarse una figura, algo así como un botón, en una pantall, que late, y emite un sonido, le da entidad a algo que aún no se termina de comprender. 

Según los análisis de “Las culturas del nacimientos. Representaciones y prácticas de las mujeres gestantes, comadronas y médicos” (2007), la utilización rutinaria de la ecografía es una manera de asegurar las lecturas de la profesión médica, para así suponer un aumento de control de su parte, y por consiguiente, la pérdida de control de las personas gestantes. “El cuerpo habla a través de los controles médicos y la ecografía reafirma su discurso, le otorga poder sobre el embarazo porque, penetrando en el cuerpo, saca a la luz el misterio en el que se ha mantenido la generación de la vida.” (María Jesús Montes Muñoz, 2007)

El manejo de la ecográfica, esa cualidad de “ver”, reconforta el poder les expertes: sean médicxs, ecografistas, técnicos de la imagen. Adquieren de alguna manera la categoría de prodigio, ya que el discurso que realizan de la interpretación/descripción de las imágenes que aparecen en la pantalla a partir de las que el feto va tomando forma, sin que la persona gestante entienda muchas veces el lenguaje visual que observa. 

El protagonismo de la ecografía hoy día, es indudable. Hasta llegar a opciones tridimensionales de la experiencia. Estamos en la era de la imagen, la tecnología de la imagen. La ecografía penetra con su la mirada en zonas inaccesibles del cuerpo hasta ese momento con el supuesto deseo de “ver”, y además en un tiempo presente, lo que le da a esa posible inmediatez que ofrece, un valor agregado, y empodera así aún más al sentido médico. “Ver para creer”, y ver en el instante. 


Desde que el feto a través de la tecnología de la ecografía se puede “ver”, muches autores hablando de la categoría humana que inmediatamente adquiere, otorgándole una identidad, la de de “ser” (Montserrat Juan Jerez y José A. Rodríguez Díaz). Les médicxs son quienes interpretan las “sombras” que se muestran en esa pantalla que proyecta lo que supuestamente está aconteciendo en el interior del cuerpo gestante, y los discursos de ese profesional a cargo de ejecutar esa muestra, construyen el ser humano. “Una de las consecuencias de la humanización precoz del feto es que, convertido en ser visible y con entidad propia, aumenta la responsabilidad de las mujeres embarazadas sobre su desarrollo y bienestar” (Montserrat Juan Jerez y José A. Rodríguez Díaz) El feto de esta manera, ya presentado como un ser humano, además adquiere la característica de ser indefenso, que se subordina al esmero de quien los gesta. Estos potencia la culpabilidad de las personas gestantes, de quienes se adquieran un modelo de cuidado del embarazo que desde la medicina se le ordena. 


También se produce la interpretación de la división del cuerpo de la mujer embarazada. La ecografía muestra al feto como  un ser individual. Que si bien depende de la persona que le gesta, es diferente a ella, y partir de su visibilidad, la medicina adquiere un control. Esto también ha traído de justificación y argumentación en otra líneas, como quienes defienden “el derecho a la vida”, los “pañuelos celestes y demás. Pero no es tema de este artículo, por lo tanto, dejaremos por fuera de la argumentación. 



La Medicina. Según Foucault la medicalización es una una de las formas de la actuación del biopoder, como control discursivo y disperso sobre los cuerpos.

  El poder de la medicina como institución es parte de la organización estatal de control social de los países capitalistas y por la necesidad de mantener la fuerza de producción. El control de las mujeres y sus cuerpos gestantes se plantea como una necesidad social. El control se ejerce en el cuerpo (...) la medicina es una estrategia biopolítica” (Foucault, 1990:125).


Pero como señalan varias autoras feministas, también está influida por matices de género: los procesos de la reproducción (vínculo ideológico entre las mujeres y la maternidad) y ésta como una contribución al cuerpo de la nación.

La medicalización del control de las gestación puede verse por una lado en el proceso de institucionalización de saberes sobre el cuerpo de las mujeres. Esto por ejemplo significó en cierto plano, la transferencia de poder de las matronas o los médicos varones (la medicina oficial). 

Rápidamente las matronas dejaron de asistir al parto y atender a las mujeres en el embarazo y el post-parto de manera autónoma, y se convirtieron en asistentes a disposición de los cirujanos varones, cuya ventaja técnica sobre ellas era el hecho de poseer un título y una formación de base teórica, y, en algunos casos, el conocimiento de diferentes herramientas (Cabré & Ortiz Gómez, 2001, citadas por Ballester, 2009). Esto sucede en países de Europa durante los siglos XVIII y XIX. 



Las representaciones sociales de la maternidad, así como los discursos médicos se han fortalecido con el control ecográfico obligatorio. El poder del sistema médico claramente se alimenta. La tecnología de la ecografía (como así de otros mecanismos de diagnóstico en los que no nos hemos detenido) no fomentan en les gestantes una mayor autonomía sobre sus cuerpos. Lo que sucede durante el embarazo debe ser consultado con regularidad a les expertes, que son quienes darán sentido al feto. La seguridad que puede producir a les embarazades ver el crecimiento fetal tiene como referente la palabra del profesional, como traductor de lo que está aconteciendo. La antropomorfización temprana del feto y obligaciones que les gestantes adquieren, alegan el valor que socialmente se da a las criaturas, y al refuerzo del rol de madres que las personas embarazadas deben adoptar, un rol que hoy aún es definido y controlado desde el discurso médico.



Por Jorgelina López

Secretaria de Género y Diversidad.



Este artículo representa gran parte del ensayo final del seminario "Cuerpo y Archivo" en la Maestría de Estudios y Políticas de Género UNTREF.



- Berger, John (1972) “Modos de ver”

- Deutscher, Penélope (2019)  “Crítica de la razón reproductiva: Los futuros de Foucault”

- Foucault, Michel (1971) “El orden del discurso”. París, Francia. 

- Ignaciuk, Agata (2009) “Anticoncepción y aborto: una propuesta de análisis desde los estudios de género”. Granada, Universidad de Granada - Instituto de Estudios de la Mujer.

- Montes Muñoz, Jesús (2007) “Las culturas del nacimientos. Representaciones y prácticas de las mujeres gestantes, comadronas y médicos” Tesis presentada para optar al título de Doctora en Antropología Social y Cultural. Tarragona, Universitat Rovira I Virgili, Facultat de Lletres.

- Montserrat, Juan Jerez; Rodríguez Díaz, Juan José (1994) “El cuerpo humano ante las nuevas tecnología médicas. Hacia una redefinición del nacimiento y la muerte”. Barcelona, Universidad de Barcelona. 

- Narotzky, Susana (1995) “Mujer, mujeres, género: una aproximación crítica al estudio de las mujeres en las ciencias sociales


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